La Costa Amalfitana forma parte del Golgo de Salerno. Se situa en lo alto de los montes Lattari que se precipitan al mar. Allí, suspendidas de las rocas, hasta tocar el nivel del mar, están enclavadas las pequeñas ciudades de Amalfi, Positano, Ravello... etc.
La casa es fresca, que en agosto se agradece. Desde allí puedes desplazarte en tu coche o desde los múltiples autobuses a cualquier lugar de la Costa. Inevitable, sea cual sea el medio de transporte terrestre que utilices, son sus cientos de curvas cerradas, eso sí, sobre una vista impresionante.
Puedes desplazarte también a una ciudad muy viva, llena de hoteles como es Sorrento. Y a Capri y otras islas (aunque Capri lo tuvimos que sacrificar por tantas cosas que ver. Así, a tu espalda, puedes llehar facilmente a Nápoles, Pompeya o Herculano.
La casa, se compone de pocos pisos pero son independientes cada uno. Puedes aparcar dentro, que se agradece. Y el trato por la familia, la abuela y sus dos hijas fue inmejorable. A quien le guste combinar costa y "trekking", es el lugar sin duda ideal.